contexto historico

El título de la obra “El que inventó la pólvora” nos lleva instantáneamente a comprender este código, ya que, el hecho de que el autor haya nombrado “pólvora” sin en ningún minuto nombrarlo en el texto es debido a que quería que el lector comprendiera el sentido de su obra.
La pólvora es una sustancia deflagrante utilizada en balas y bombas para la destrucción y su aspecto es parecido al del polvo y en el relato el protagonista va viviendo la secuencia de la destrucción de los bienes materiales en polvo lo que significaba que ya no eran nada y dejaban de existir como tal.
Las personas de la obra viven en las fábricas e industrias creando objetos que durarán cada vez menos horas, tratando de interpretar el irónico “Mundo feliz” de Aldous Huxley por lo que dejan de lado el sentido de la vida como hoy en día, puesto que, vivimos en un mundo en donde se desprecia las funciones de las cosas materiales y la vida personal, ya que, se vive pensando en trabajar y consumir para tener una mayor satisfacción de la vida, lo que se contrapone a lo que en realidad deberíamos hacer, de querer vivir el presente y no tratar de buscar algo ilógico que nunca podría ocurrir como la felicidad perfecta escrita por Huxley. La vida trae experiencias a las personas y nunca es todo bueno, sino que hay que también lidiar con lo malo.
Por otra parte dentro del relato el narrador da a conocer la importancia de recordarse siempre quién es uno mismo y los detalles valóricos de la vida que lo llenan, este pensamiento es revelado en la anagnórisis que se puede apreciar en su total claridad en el minuto en que el narrador, después de regresar a su antigua casa en donde encuentra el último libro con letras, comienza a recordar los detalles que deleitaban su más íntimo ser y a apreciar cosas del pasado que ya no existen: “¿Los novios, los niños, los que sabían cantar, dónde están, por qué los olvidé, porqué los olvidamos..?” Es en este minuto en el que el protagonista cambia su percepción de la vida y provoca, a su vez, un revuelvo en la conciencia de quien se encuentra leyendo la obra.

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